Diario de un viaje de 15 días a Egipto. Día 10
Estamos en la explanada de Guiza, es Agosto, el sol empieza a apretar y van llegando más y más autobuses con gente .
Entre ellos ha llegado el autobús de nuestro grupo, al que nos unimos para ir al promontorio situado al Oeste del conjunto desde donde se divisa una bonita panorámica.
Ya con ellos visitamos los templos que rodean a la Esfinge.
Nos separamos de nuevo del grupo para entrar en el museo de la barca solar que alberga una de las barcas solares descubiertas a mediados del S.XX al Sur de la pirámide de Keops. El navío se encontró totalmente desmontado y tardaron 10 años en ensamblarlo. Excepto las cuerdas y algunas piezas puntuales se trata de un barco original con 4.500 años de antigüedad y una eslora de 43 metros.
Los estudiosos piensan que incluso llegó a navegar por el Nilo. Sinceramente no me explico porque este impresionante navío tiene tan pocas visitas. A mi me pareció alucinante!!!
La mañana casi ha llegado a su fin. Regresamos al hotel para asearnos y cambiarnos de ropa (Que calor hacía ese día!!!) y buscamos un taxi para que nos llevara al Museo Egipcio del Cairo. Sacamos las entradas, dejamos las cámaras de fotos en consigna como nos pidieron y una vez dentro se nos acercó un señor de unos 70 años ofreciendo sus servicios. Le contratamos por un módico precio y más tarde descubrimos la suerte que habíamos tenido. Se trataba del único guía empleado en el museo que habla español. Esto tenía su contrapartida, ya que durante la visita nos abandonó en varias ocasiones para ir a las taquillas a resolver conflictos con los españoles que se negaban a dejar sus cámaras fotográficas a la entrada. Era muy simpático, nos decía…-Ahora vuelvo, no me busquen, yo les encontraré a ustedes…Y así era, por mucho que nos alejáramos, reaparecía al rato y seguía contándonos historias y explicándonos lo que veíamos mientras con poco disimulo ejercía de viejo verde.
Lo bueno es que así recorrimos todos los recovecos del museo: nos explicó con detalle todos los enseres encontrados en la tumba deTutankamon y como los ataúdes se encajaban uno dentro de otro, nos llevó a verla única representación que existe de Keops: una figura enana de unos 12cm de alto, momias de todo tipo, los escribas, el enano Seneb y su familia. Pero de todo y sin duda lo que más nos impresionó fue el tesoro de Tutankamon. Confieso que si pudiera elegir un momento de la historia de la humanidad en el que estar presente sería precisamente en el que Howard Carter descubrió la tumba. Que momento! Cuando volvió a escondidas esa noche con Lord Carnarvon y su hija y descubrieron el tesoro… No hay palabras para definir la hermosura de las mascaras funerarias, es un trabajo tan fino y delicado que no se puede comparar con nada.
Llegaba la hora del cierre y el guía quiso compensarnos por sus ausencias y nos permitió quedarnos con él unos minutos tras el cierre. La imagen de la sala central vacía, como un gran almacén lleno de tesoros, me ha quedado grabada en la memoria para siempre.
El resto del día lo dedicamos a recorrer el Cairo Copto, muy agradable para pasear y nos fuimos a cenar tranquilamente en una terraza en Khan Al-Khalili.
Estabamos agotados,pero había un sido un día fantástico. Tardamos 2 horas en cruzar el Cairo en taxi hasta llegar al hotel.
© O ViaxaDoiro,2010