De como un grupo de viajeros procedentes de medio mundo nos encontramos en la cima de un templo maya esperando a que saliera el sol.
6 de diciembre de 2014. 4:50 am Parque Arqueológico de Tikal, Guatemala.
Tras la caminata nocturna por la selva subimos al templo IV por las escaleras de madera exteriores y llegamos a la última plataforma con la lengua fuera. Desde ella accedimos a un graderío de piedra donde nos sentamos a esperar la salida del sol. Éramos unas 20 personas, 30 cámaras y algún trípode.
La expectación era máxima. Queríamos oír el despertar de la selva, con todos los animales saludando al nuevo día y sobre todo esperábamos que los templos de la gran plaza de Tikal y el altísimo templo V nos fueran desvelando su silueta poco a poco con la salida del sol.
Pasa el tiempo y la luz va avanzando de la oscuridad total a una tenue neblina que me permite apreciar al grupo con detalle.
Hay una pareja de argentinos que han venido con el termo. La noche esta fría así que les envidio. También hay una pareja de alemanes que conocemos del traslado desde Belice, la pareja de luna de miel que nos cambió los quetzales, unos chicos en camiseta que deben estar helados, dos chicas muy rubias…
Por más que me esfuerzo por oír los sonidos de la selva estos no llegan y ya me he hecho tantas fotos a mi misma en la penumbra que temo quedarme sin batería para cuando llegue el momento que nos dejará a todos sin habla.
Llevamos allí más de una hora.
Son 65 metros de altura y el templo tiene una pendiente acusadísima, tanto que desde la cima no se ve mas que selva y vacío.Me impone muchísimo respeto mirar hacia abajo y por un momento siento vértigo y me imagino cayendo al vacío.
Para alejar los malos pensamientos me pongo a enredar con la cámara y el trípode.Hago ruido.La pareja de alemanes me mira mal.Parece ser que estoy rompiendo un misticismo que no acabo de encontrarle a mirar durante 75 minutos una espesa bruma que al principio era gris oscuro con matices ceniza y al final gris claro con tintes azulados.
Todo aquello empieza a ser realmente aburrido y me recuerda al ambiente de un after hours donde nadie quiere irse a su casa a pesar de que ya hace bastante que saben que la noche no da para más.
Empezaban a entumecerseme las piernas cuando el guía reapareció por allí anunciando que ya había salido el sol hace rato, que había bruma y que mejor bajábamos para hacer la visita guiada al recinto antes de que llegara mucha gente.
También nos aconsejó volver a subir al templo mas tarde cuando la niebla se hubiese disipado y así podríamos ver los ansiados templos I, II y V emerger sobre el dosel selvático.
Tras el anuncio del guía nos sentimos liberados.¡Tanta expectación empezaba a estresarme! Nos hicimos un par de fotos divertidas que nos devolvieron la sonrisa y volvimos a la base del templo para empezar la visita «Naturaleza y Arqueología en Tikal»
texto e imágenes ©Viaxadoiro 2015
Crónica de una visita a Tikal en 4 actos:
III-Esperando el amanecer desde la cima del templo IV
IV-Naturaleza y arqueología en Tikal
Ohhh hay veces que ocurren esas cosas y no hay nada que hacer, se intenta pero o hay niebla o llueve o lo que vas a ver no es tan estupendo como imaginabas. Tengo a Guatemala entre mis pendientes a corto plazo, espero que cuando me toque haya más suerte, aunque no somos demasiado afortunados cuando se depende de elementos climatológicos, je je. Un saludo.
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Hola Calíope! Nosotros fuimos con las expectativas muy altas y llegamos precedidos de un día repleto de sorpresas positivas. La niebla enfrió un poco el subidón pero el «disgusto» nos duró un suspiro!!! ¡solo por el paseo nocturno y la ilusión subiendo al templo mereció la pena! sabiendo el tipo de viajes que haces ,Guatemala creo que te va a encantar. Es un país muy completo para el viajero. Tiene naturaleza, historia, cultura propia, buena gastronomía y con un pelín de organización es un país más asequible de lo que podría pensarse. Si te animas, ya sabes donde estamos para ayudar en lo que se pueda ;-)
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