Siempre que empezamos a planificar un viaje elegimos destino, planificamos las actividades y lugares a visitar y después elegimos el hotel ó hoteles donde nos vamos a alojar.
En nuestro viaje a Mallorca fue un poco diferente…. Viva Hotels, a través de Bloguzz nos había invitado a pasar 3 días en el Vanity Suite de Cala Mesquida: un hotel de 4 estrellas, pensado para el relax en pareja y situado al lado de la playa.
No por ello perdimos nuestra buena costumbre de consultar en Trip Advisor y Booking las críticas del hotel, la mejor manera de saber de antemano lo que nos vamos a encontrar. Eran todas buenísimas y además pensamos que si un hotel está dispuesto a invitar a un par de blogueros y arriesgarse a que escriban libremente de su experiencia es que están realmente convencidos de la calidad de su servicio.
Con estas ideas en la cabeza y tras haber estudiado en la web del hotel las posibilidades que ofrecía nos presentamos en la recepción del Vanity Suite.
Nos hubiera gustado llegar guapos y elegantes, pero tras un día de viaje, playa y mar nuestro aspecto era más propio de un albergue de mochileros que de un hotel de lujo: ropa de playa, pelo mojado, un par de tubos de buceo asomando de una bolsa, la mochila llena de chapas … puro glamour. Por eso, cuando nada más llegar nos ofrecieron cava, agua o zumo optamos por lo más adecuado a nuestra imagen: Agua.
Para nuestra estancia, teníamos reservada una Junior Suite con muy buena pinta: amplia, con bañera hidromasaje y ducha independientes, saloncito y un gran balcón con una mesita para pasar las horas pero en el Vanity Suite nos tenían preparada una sorpresa: No íbamos a alojarnos en la Junior sino que pasaríamos 3 días en una Royal Suite!!! Cuando lo oímos casi nos da un desmayo…como buenos viajeros, investigamos bien a donde vamos y sabíamos que las Royal en este hotel son espectaculares.
Esbozamos un tímido gracias y tras explicarnos detalladamente los horarios del hotel y facilitarnos la clave del wifi gratuito nos acompañaron a la habitación. Lo primero que hicimos fue salir a la terraza: 40m2 para nosotros solos, con jucuzzi doble, una cama de ratán, ducha, dos tumbonas con mesita y un par de butacas con otra mesa más.

Terraza de nuestra junior suite en el vanity suites Cala Mesquida
El suelo de madera, las vistas a la playa y al monte y la intimidad absoluta acababan de componer un escenario digno de la mejor luna de miel.
Otro detalle de la espaciosa terraza.
El resto de la habitación resultó acorde a nuestras expectativas: cama enorme, más ancha que larga, menú de almohadas, zona de estar, baño amplio con bañera y ducha generosas y zona de lavabos independiente. Hasta teníamos otra terraza tipo balcón que daba a la zona de piscinas! Se me da bastante bien calcular superficies y entre habitación, terraza y balcón debían rondar los 90m2 en los que no faltaba de nada : albornoces y zapatillas, diferentes toallas para baño y piscina, completo kit de amenities, cafetera, minibar, televisión con brazo giratorio para verla desde la cama o la zona de estar, escritorio, armarios, caja fuerte, copas y sacacorchos…Por instante creí encontrar un fallo: no hay espejo para verse de cuerpo entero, pensé (si, puedo llegar a ser muy exigente) pero pronto lo encontré al abrir la puerta del armario.
La terraza de noche con el jacuzzi iluminad .
Encantados con la habitación nos pusimos guapos y bajamos al comedor para la cena buffet. Aquí nos llevamos otra sorpresa: en la web del hotel hablaba de un comedor cerrado pero disponen también de una amplia terraza, que en días de verano resulta muy agradable y allí nos sentamos. A nuestro alrededor muchas parejas entre 25 y 55 años que hablaban entre ellos en ruso, catalán, italiano, francés, inglés, español, alemán…El buffet nos gustó, es lo suficientemente variado para que cada uno encuentre lo que le gusta y la calidad de los platos preparados era buena. A destacar los postres con todo tipo de tartas, pastelitos y dulces. Yo que no soy muy golosa, me puse las botas!
Terraza de la primera planta donde servían el buffet.
Por las noches, tras la cena, el hotel ofrece actuaciones en un pequeño escenario. El concepto de “espectáculo de hotel” no suele gustarnos nada pero aún así decidimos probar y ya que ese día estaba saliendo todo tan bien bajamos a la terraza inferior a ver qué ofrecían. Todos nuestros prejuicios desaparecieron de golpe cuando un trío de blues se subió al escenario para versionar “Georgia of my mind” Eran buenísimos, un par de Gin-Tonics y varias canciones después mi novio hasta se había olvidado de que el Madrid y el Barça se estaban jugando la Supercopa…
Hora del cocktail y la actuación nocturna en el hotel (una maravilla esto de los hoteles sin niños)
El resto de los días trascurrieron igual de tranquilos y agradables. El ambiente del hotel es perfecto para el relax (no verás a nadie pendiente de los móviles y no se admiten niños), la terraza de la habitación se convirtió en nuestro pequeño refugio paradisiaco y los jardines son perfectos para pasear, leer, nadar en la piscina…
Jardines del hotel con tumbonas y camas balinesas.
El hotel dispone además de SPA, alquiler de bicicletas, actividades deportivas como Yoga o tiro con arco, organizan excursiones y en un par de minutos se llega andando a Cala Mesquida, una agradable playa de arena con sombrillas de paja y tumbonas, perfecta para hacer snorkel.
Además si te gusta explorar a fondo los lugares que visitas, el Vanity Suite es una buena base desde la que recorrer la isla: Las cuevas del Drach están a 20 minutos, Formentor a poco más de una hora, Valldemossa y Palma a hora y cuarto…alquilar un coche permite visitar cómodamente la isla por el día y relajarte en el hotel cuando caiga el sol, que es lo que hacíamos nosotros y resultó un viaje con la combinación perfecta de acción y relax.
texto y fotografías ©oviaxadoiro 2011