Costa Oeste 2009. 5º día de viaje

Hoy nos espera un día bastante “movido” en la ciudad de Las Vegas. Tras la primera toma de contacto de ayer por la noche hoy nos disponemos a aprovechar al máximo todas las posibilidades de este gran parque temático.

Decidimos empezar el día haciendo algo que nunca antes habíamos hecho…ir a una galería de tiro conocida como “The Gun Store”. Ninguno de los 4 que nos apuntamos a esta experiencia habíamos disparado un arma en nuestra vida. Ni servicio militar ni jornadas de caza en nuestro currículum. Como mucho pistolas de pintura de alguna despedida de soltero…pero allá donde fueres, haz lo que vieres…y si algo hemos visto hacer mil veces a los estadounidenses es disparar, así que allá vamos.

galería de tiro en The Gun Store de Las Vegas

Tomamos un taxi para llegar a la galería que está bastante apartada del Strip.

Nada más entrar ya nos ponemos un poco nerviosos.

La tienda tiene una armería tan surtida que podrían tomar la ciudad si así se lo propusieran: pistolas de todo tipo y en cantidad, metralletas, rifles…podéis haceros una idea de donde nos metimos en su web (no os perdáis el detalle del bebé de 1 año que sale en la sección de clientes…muy fuerte!).

Nos atienden muy amablemente en un mostrador lleno de armas y nos preguntan cual queremos. –Ay madre! Y que se yo…si de esto no tengo ni idea!… Nos cuesta un montón decidirnos y no es para menos, imaginaros la situación, si es que somos unos inconscientes…

Elegimos dos Glock de 9mm que parecían “matar menos” que el resto, una Beretta y un pack II Guerra mundial que daba mucho miedo: una metralleta Thomson SMG, un revolver 1911 y una MP40 SMG. Con este pack tan surtido te regalan una camiseta.

A continuación y para que podamos seguir alucinando nos dicen que elijamos el objetivo al que queremos disparar: el surtido no tiene desperdicio. Puedes elegir entre un zoombie, Terminator, una escena de secuestro, un negro con un peto, un tío con la cara cubierta por una palestina, Osama Bin Laden…

Nos vamos cada uno con nuestro poster a la siguiente sección donde tenemos que elegir las gafas que nos protegerán la cara y los auriculares para los oídos. Todo muy profesional.

Ya en la galería nos esperaba el instructor que se sorprendió bastante de que fuese nuestra primera vez.Turno parala chica y “su Glock”.

Me armó la pistola y me dio una serie de instrucciones sobre cómo sujetarla, apuntar…

Entre los nervios y que hablaba en Inglés, me enteré de la mitad y me colocó el poster con la escena del secuestro.

El objetivo era salvar a la chica. El primer disparo fue directo a la pinza y se cayó el poster. Hubo que volver a colocarlo y yo ya no sabía si reír o llorar: el arma se me iba para arriba, los casquillos me rebotaban en la cara y en vez de salvar a la chica del poster le estampé un tiro en plena yugular. Menos mal que en España, de estas cosas se ocupa la policía…

Gasté los 20 tiros y solté el arma aliviada. En el tiro 10 caí en la cuenta de aquello que tenía en las manos se usaba para matar a gente…

Tras mi turno, llegó el de los chicos, que con más horas de Play Station a sus espaldas dejaron frito a Terminator y al Zoombie.

Como colofón tocaba el Pack II Guerra Mundial que había elegido unos de mis amigos. Los revólveres que habíamos disparado el resto parecieron un juguete cuando la ametralladora empezó a rugir y echar fuego. Y pensar que hay gente que tiene esto en sus casas y las usan desde pequeños…es acojonante!!!

Lo que sí es cierto es que la experiencia de disparar un arma te pone a cien. Los niveles de adrenalina se te disparan y salimos de la galería eufóricos con nuestros posters agujereados de recuerdo, camisetas y hasta una cazadora.

Estoy segura de que no volveré a disparar en la vida pero reconozco que la experiencia mereció la pena y que me ha ayudado a entender mejor lo que significa tener un arma en las manos.

Capítulo 12: seguimos descubriendo Las Vegas

texto y fotografías ©Viaxadoiro