Visitando a los Emberá del río Chagres

Una semana en Panamá.Día 1

El primer día de nuestro viaje a Panamá lo dedicamos a visitar las comunidades indígenas del río Chagres.
Para ello nos dirigimos en compañía de myfriendmario* a las orillas del lago Alajuela a unos 45 minutos en coche de la ciudad de Panamá.
Nos recibieron unos niños que jugaban en el agua y Manuel,un emberá con sonrisa de dientes de oro que se presentó como nuestro capitán y nos invitó a abordar un largo cayuco de madera equipado con motor fuera borda.
Los emberá, como Manuel, son de baja estatura,  pelo negro  y decoran la piel morena con vistosos tatuajes.Como única vestimenta usan  taparrabos de tela, aunque a nosotros han venido a recibirnos con su traje de gala que incluye una faldilla de cuentas de colores y brazaletes de una aleación conocida como monel.
Navegamos por el lago durante unos 40 minutos.En las orillas vemos alguna casa o muelle de construcción primitiva,tortugas tomando el sol,pescadores faenando, garzas, libélulas, mariposas azul iridescente y abundante vegetación.
cayuco embera

Remontando el río en cayuco (Parque Nacional Chagres)

Los emberá son originales del Darién, en la frontera con Colombia,donde reside la mayor parte de población de este grupo indígena.Allí viven en pequeños grupos familiares dedidados a la pesca, la caza y a la agricultura.Como expertos en sobrevivir en la selva, algunos de sus miembros fueron reclutados para instruir al ejercito estadounidense que controlaba el Canal de Panamá y poco a poco unos 300  se establecieron en el entorno del lago y del río Chagres, un área cuya conservación es de vital importancia para garantizar el aporte de agua al canal.
En 1985 el lago Alajuela,por el que navegamos,pasó a formar parte del Parque Nacional del Chagres y a las comunidades aquí establecidas se les cortaron dos de sus vías de subsistencia: la caza y la agricultura. A cambio, el Gobierno Panameño les facilitó el acceso a la educación y la medicina y nació un nuevo modo de vida para ellos: el turismo.
Por eso Manuel está acostumbrado a llevar a urbanitas en su bote.Maneja el motor con la izquierda mientras que con la derecha achica agua con un recipiente de plástico, vamos equipados con chalecos salvavidas y los pescadores que encontramos de camino nos saludan entusiástamente.
Antes de visitar el poblado, quieren que disfrutemos de las maravillas de su entorno.Navegamos río arriba entre juncos y plantas acuáticas con el  canto de los pájaros de fondo.El paisaje es hermoso, exuberante, rebosante de vegetación y vida.La navegación es deliciosa y vamos adentrándonos en la selva hasta que el río apenas lleva agua y tenemos que seguir a pie.
Caminamos con los pies metidos en el agua unos 100 metros.Es un trayecto corto en el que hay que trepar por las rocas para avanzar pero la recompensa final merece la pena:una hermosa cascada donde disfrutar de un refrescante baño.
Cascada emberá

Nuestro capitán Manuel, supervisa el baño en la cascada

Una vez «bautizados» por las aguas de la cascada, estamos listos para visitar una comunidad emberá y nuestro capitán nos lleva, río abajo ,hasta la aldea de Parara Puru.
Cuando llegamos, todo el poblado sale a recibirnos.Como Manuel, van vestidos de gala.Los hombres tocan la flauta y el tambor, las mujeres cantan, y los niños corretean a nuestro alrededor.Nos sentimos abrumados por tan entusiasta bienvenida  y no podemos evitar ruborizarnos .
navegar alajuela

Navegando por el lago Alajuela.Al fondo aldea Emberá

Las mujeres son coquetas y más tímidas que los hombres.Visten cuerpos de cuentas de colores a juego con las faldas de ellos y vistosos pareos .Nos llama la atención un bebé con la piel ennegrecida y nos comentan que suelen untarlos en jugo de Jagua, la misma tintura que usan en  sus tatuajes, para protegerlos del sol y los insectos.Hablan español.
parara puru

Entrada al poblado Emberá de Parara Puru

Entre música y cantos subimos las escaleras talladas en la tierra que ascienden hasta la aldea y entramos en el tambo o casa comunal donde nos presentan a Claudio, el jefe de la aldea.Este espacio cubierto de un techo de palma, hace las veces de centro de recepción de visitantes y mercado de artesanías.El resto de la aldea lo componen una docena de edificaciones de menor tamaño construidas en caña y palma que parecen servir de vivienda, taller y almacén y en las que residen unas 12 parejas, todas muy jóvenes y con niños pequeños.
A la puerta de las viviendas llaman la atención los motores fuera borda que usan para los cayucos, único invento moderno que parecen haber adoptado.También hay una pequeña caseta de bloque con dos inodoros, ducha y lavabo de loza limpios y con agua, lo que sorprende pero también se agradece.
Al rato de estar en la aldea llegó otro pequeño grupo de visitantes y Claudio empezó a hablarnos de sus costumbres y tradiciones.
emberá mujeres

Mujeres emberá trabajando

Los emberá eligen a sus jefes de un modo democrático y público.El voto se emite poniéndose en pie tras el candidato elegido.De esta manera, el que tiene la fila más larga detrás de él se convierte en el jefe.Actualmente, viven de la pesca y del turismo.Los  ingresos que obtienen por recibir visitantes en el poblado los reparten entre todos, pero  la venta de artesanía es negocio particular de cada familia.
Una mujer de la aldea nos mostró como obtienen y tejen las fibras para realizar cestos, platos y demás utensilios.Todos los colores son obtenidos por ellos mismos con tintes y procesos naturales como la inmersión en chocolate y barro para logar el color marrón.También son muy habilidosos tallando figuras en madera de cocobolo, lo que nosotros conocemos por palo santo.Esta madera está protegida desde hace años, por lo que solo emplean las ramas que hayan caido al río de forma natural.
artesanía emberá

Artesanías emberá

Mientras escuchábamos todas estas historias, nos ofrecieron unos paquetes hechos con hoja de plátano y rellenos de  un pescado llamado Tilapia y plátano verde frito y presentaron en vistosas fuentes  frutas y caña de azucar  que nuestro guía de myfriendmario había entregado al jefe a nuestra llegada.
Comimos gustosos las viandas ofrecidas y asistimos a una demostración de bailes y música tradicionales que acabó con locales y visitantes bailando y dando palmas a la sombra del Tambo.
Ya casi llegados al final de nuestra visita nos ofrecieron la posibilidad de hacernos un tatuaje de Jagua, como los que llevan ellos, que por supuesto aceptamos.
tatuaje embera

Una mujer del poblado le realiza a Jorge un tatuaje de Jagua

Tras varias horas con ellos nos despedimos de Parara Puru felices y con brazos y piernas pintados con figuras  geométricas y  hasta un colibrí.
Los emberá nos enseñaron lo mejor de su mundo: las vistosas vestimentas, la naturaleza exuberante, la música y la fiesta, nos ofrecieron su mejor comida, nos tatuaron y nos llevaron a navegar por el río.Compartieron su cascada y nos colmaron de atenciones.
emberá del chagres

Indígenas emberá esperando la llegada de turistas por el río

*Para realizar esta visita contratamos los servicios de la agencia myfriendmario (Almiza Tours)
La excursión costó  85 $ e incluía transporte desde y hasta el hotel de Panamá, conductor y guía bilingue,navegación en cayuco, derechos de visita a la aldea, comida y bebidas.
Duración de 7:45 de la mañana a 18:00.

Texto y fotografías ©O Viaxadoiro 2014.

Una respuesta a “Visitando a los Emberá del río Chagres

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