Relato del día en que un vampiro de Transilvania nos explicó por qué los estadounidenses aman tanto a su país.
MISS LIBERTY
Me cuesta entender porqué nos hizo tanta ilusión visitar la estatua de la libertad.El poder del símbolo, un día radiante, el paseo en barco dejando Manhattan atrás…¿Quien sabe?.El hecho es que al arribar a la pequeña isla de la Libertad estábamos enganchados por su magnetismo.
Para esta visita habíamos reservado por internet el viaje en Ferry unos días antes de llegar a Nueva York.Las colas para acceder al barco y los exhaustivos controles de seguridad lejos de cabrearnos aumentaron nuestro ánimo.
Normalmente no me gustan las multitudes pero la mezcla de nacionalidades que se dan cita en lugares así te deja claro que vas a visitar uno de los iconos de nuestra civilización que atrae a gentes de todo el mundo.
Pasamos poco mas de una hora con Miss Liberty haciendo fotografías y después subimos de nuevo en el Ferry camino de Ellis island.
ELLIS ISLAND
La isla de Ellis, al lado de la isla de la Libertad, fue la puerta de entrada de miles de inmigrantes que pasaban aquí los controles médicos y gestionaban la documentación con una única obsesión en sus cabezas: convertirse en ciudadanos estadounidenses para empezar una nueva vida en el país de las oportunidades.
Todos los barcos que van a la estatua paran en la isla y aunque muchos pasan de largo esta visita nosotros la recomendamos como un lugar clave para entender el sentimiento patriótico tan característico de ese país.
12 millones de personas empezaron su nueva vida en EEUU tras pisar esta isla.
EL CONDE DRÁCULA
En la isla, además de visitar las instalaciones de un centro de inmigración muy activo en su época con consultas médicas, salas de control de equipaje, de documentación…etc asistimos a una representación teatral que contaba la llegada de uno de tantos y tantos que llegaron en 1921: Bela Lugosi.
La obra era genial y jugaba con el personaje que le dio fama internacional, el Conde Drácula, llegando a la isla tras meses de dura navegación y enfrentándose temeroso a todos los controles previos al ingreso.
Aunque nuestro nivel de inglés no es muy bueno nos llegó para entender la espectación al llegar por fin a destino, los nervios al pasar el control médico, el miedo al rechazo y la ilusión ante un nuevo comienzo.
Al igual millones de inmigrantes Bela Lugosi no nació ciudadano estadounidense, soñó con serlo y lo consiguió.No todos lo hacían.
Se calcula que mas de 100 millones de estadounidenses son hoy decendientes directos de aquellos que llegaron por Ellis Island y miles de ellos visitan el centro de inmigración cada año para buscar en sus archivos el nombre de sus antepasados.
Consejos para visitar La Estatua de la Libertad y Ellis Island:
- Miles de personas visitan la Isla de la Libertad cada día.Para nosotros merece la pena pero las colas para acceder al ferry pueden ser frustrantes.Recomendamos comprar el boleto de ferry por adelantado en la web de Statue Cruises. No evitarás las colas del control de seguridad (uno de los más exhautivos que hayamos pasado en nuestros viajes) pero si las colas para la taquilla.
- El mismo ferry que vuelve de Liberty Island y sin coste extra hace una parada en Ellis Island.Se puede bajar y regresar en el siguiente ferry (hay muchos al día así que no hay problema para ajustar los horarios)
- La obra de Drácula a la que fuimos la representaba la compañía de teatro de Ellis Island.La escenografía era sencilla y «el teatro» una habitación de 40m2.Nos ofrecieron una entrada al llegar al centro por 5 euros.Casi nadie les hacía caso, pero nosotros la recordaremos siempre como una de las experiencias mas chulas que vivimos en Nueva York.
- En la página web de la Fundación Ellis Island puedes consultar si tus antepasados llegaron a EEUU por esta isla.
texto y fotografías ©viaxadoiro 2014