Mariachis tocando en el restaurante Arroyo de Ciudad de México
Uno de los restaurantes más peculiares en los que estado en mi vida es el Restaurante Arroyo en Ciudad de México. Me encontraba de viaje de trabajo cuando mis anfitriones, me temo que hartos de que les pidiera que me llevaran a sitios típicos, (no callé con que quería ver mariachis en Garibaldi y tomar mezcal en una tasca con un grupo estilo Tito y el Tarántula ) me obsequiaron con una comida que no se me olvidará en la vida.
Nada más llegar ya intuí que aquel restaurante me iba a gustar. En la entrada, decorada con cactus pintados en las paredes, unos hombres preparaban chicharrones en enormes sartenes. Los chicharrones son cortezas de cerdo fritas. Pero no os imaginéis un paquete de boca-bits, no…era la piel entera del cerdo que luego parten en pedazos grandes para servir las mesas. Después entramos en un espacio enorme abarrotado de mesas para grupos y banderitas de papel en el techo. En la parte central había un escenario donde unos músicos ataviados con trajes regionales tocaban rancheras. El conjunto resultaba excesivo: la música, las banderas, el vestuario de los camareros…era la exaltación de lo típico mexicano hasta extremo de parodia. “Bien, creo que aquí lo pasaremos bien” pensé. Como atractivo añadido el Arroyo es lugar de encuentro y celebración para muchos habitantes del DF: cumpleaños, aniversarios…era como el ambiente de una despedida de solteros pero en vez de camareros en tanga había mariachis.
Folclore mexicano y canciones dedicadas
Tras una deliciosa y típica comida a base de tacos, carnitas, guacamole, enchiladas…bien acompañado por unas sangritas llegó el momento álgido de la comida: las dedicatorias de canciones y bailes. Los grupos de comensales anotaban en un papel a quien querían dedicar la siguiente canción y el motivo y la megafonía se ocupaba del resto “un gran aplauso para Claudia y José que están celebrando su aniversario de boda!” Los aludidos se levantaban y todo el mundo les aplaudía y vitoreaba, “otro aplauso para Amador que viene de Chile y está pasando unos días con la familia”…más aplausos. A todo el mundo le aplaudían y parecía muy divertido, hasta que llegó mi turno “Un aplauso para María que viene de España y es su primera vez en el D.F.” Trágame tierra, allí no aplaudió nadie y yo me puse roja de vergüenza echando pestes sobre la corona española y la bonita idea del Rey de mandar callar a Chavez unos días antes. No os lo creeréis, pero lo que aquí sonó a guasa, allí le sentó fatal a mucha gente y abrió los informativos durante un par de días.
Nada más aterrizar en el D.F. ya tuve que vérmelas con el de aduanas, que me preguntó que tal andaban los castillos por España…Yo la verdad, tras 12 horas de vuelo estaba bastante empanada, y no pillé por donde iba así que le dije toda fresca que bien , que teníamos castillos preciosos pero él siguió insistiendo “¿y el castillo del rey que tal está?”- “pues que yo sepa no vive en un castillo, vive en un palacio y yo no he estado nunca”… El funcionario debió de pensar que era idiota y no insistió más. Caí en la cuenta de lo que hablaba cuando nada más subir al coche de mis anfitriones me preguntaron “¿y que se comenta en España de lo del Rey?”-“Pués que quieres que te diga, la mayor parte de la gente se lo tomó a guasa y hacen videos virales para echarse unas risas”. Con los días aprendí a cambiar mi discurso y responder simplemente que el rey estaba muy mayor…
Tras la vergüenza intenté pasar lo más desapercibida posible, cosa a la que el jersey naranja chillón que llevaba no ayudó mucho y para compensar el momento vergüenza decidimos probar con “el pajarito de la suerte” Esta costumbre ya la conocía del Bazar Sábado en San Angel y consiste en un arte adivinatoria en la que un pajarito enjaulado selecciona para ti un papel a modo de galletita de la suerte. Tras revolotear un poco por la jaula seleccionó mi destino con el pico eligiendo de entre un montón de librillos perfectamente ordenados y me lo tendió con el pico. Lo abrí con ilusión y lo leí en alto para agradar a mis compañeros de mesa “Alguien cercano a ti te está traicionando, ten cuidado” Genial, pensé…me ha tocado el pajarito agorero. Alguien se ofreció a comprarme otro papelito pero ya se me habían quitado las ganas. En vez de eso preferí seguir dedicándome a las sangritas, margaritas y demás cocteles riquísimos que hacen por estas tierras, mientras nos reíamos del momento antiespañol que acabábamos de vivir. Los mariachis sonaban de fondo y mereció la pena participar de esta curiosa fiesta. Doy mil gracias desde aquí a mis anfitriones por tener tanta paciencia, tratarme tan bien y hacer que lleve años enamorada de México. Eso sí, al pajarito agorero me dieron ganas de decirle ¿porqué no te callas?
NOTA: Por si a alguno le asalta la duda, la canción que me dedicaron no era la ranchera del “Rey”, creo…
texto y fotografías ©oviaxadoiro 2011
Jueves, 08 de septiembre de 2011 | 8:50

Jueves, 08 de septiembre de 2011 | 18:10