Confieso que yo soy mucho de coger: me gusta coger a los bebes y darles achuchones, recoger a los amigos a la salida del trabajo y una vez hasta cogí un gato que me encontré por la calle.
Si este comentario lo está leyendo un español como yo, no le extrañará nada de lo que he dicho y hasta es probable que piense que a él también le pasa lo mismo.
Sin embargo, si este mismo comentario lo lee un mexicano, un venezolano o un argentino pensarán que me he vuelto loca o que soy una pervertida (sin hablar de los dos delitos que acabaría de confesar…)
Y es que el verbo “coger” en estos países (quizás en alguno más) significa “practicar sexo” y puede dar lugar a situaciones bastante comprometidas.
Nada más llegar a Ciudad de México mis anfitriones me contaron lo que le sucedió a uno de ellos cuando llevaba poco en tiempo en país:
Trabajaba en una tienda de muebles cuando atendió a una pareja de edad avanzada que quería comprar una cama. Después de ver las distintas opciones encontraron una que les gustaba bastante, pero la mujer tenía dudas, pensaba que era demasiado pequeña. Mi amigo, buen vendedor, intentó convencerle de que era la cama ideal y le dijo: “señora, esta cama está estupenda y seguro que en ella cogen los dos muy bien”. Me contó que la señora le miró horrorizada como si le hubiesen soltado la mayor grosería de su vida, agarró al marido (si agarró, que a la señora lo de coger no le iba) y salieron de la tienda para no volver jamás.
La historia me hizo mucha gracia y procuré no usar ese verbo en mi estancia en el país pero no lo conseguí: unas veces se me escapaba un “¿me coges mañana a las 8:00?” lo que provocaba risitas de los empleados del hotel, y otras ya lo hacía en plan provocador “Espera, no sé si se he cogido todo lo que necesitaba”.
Lo bueno es, que ahora que has leído este artículo, si vas a México ya no te cogerán desprevenido!
Jueves, 07 de julio de 2011 | 22:21
Jueves, 07 de julio de 2011 | 22:37
Viernes, 08 de julio de 2011 | 22:20
Lunes, 11 de julio de 2011 | 17:12
Lunes, 18 de julio de 2011 | 13:46
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios y espero haberos arrancado al menos una sonrisa.Cuando me contaron la anécdota de la cama me hizo muchísima gracia (y aún hoy me la hace…) y eso que llevaba 12 horas de vuelo a mis espaldas.Como dice Fedellón hay muchísimas más que generan confusión y citando a anónimo a veces no hay ni que salir del país para que eso suceda.Yo el caso que mejor conozco es el de México y el vocabulario de construcción: allí la gente se baña en albercas (piscinas) bien equipadas con regaderas (duchas),colocan pisos (suelos) de duela (tarima), recinto (pavimento petreo) y mosaico (azulejo)…me pasaba las reuniones con el modo traductor ON
Sabiais que en Mexico no tienen el pelo corto? lo tienen pequeño!
Lunes, 18 de julio de 2011 | 14:41
«Qué dificil hablar el español» :)
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A veces si :-) jejeje Hace un mes en Panamá nos llevamos un susto de muerte al oir como le decían al conductor que tuviera cuidado “que ahí adelante hay policías muertos en la carretera” ¡Imagínate nuestras caras! Pues resulta que llaman así a los resaltes que hay en la carretera para que bajes la velocidad y que por mi tierra llamamos “lombos”…para morirse del susto
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