
Techo de flores en el Bellagio
Tenemos toda la tarde para recorrer el Strip de Las Vegas y decidimos empezar por el Bellagio. ¡Que bien queda la furgoneta aparcada entre un Ferrari y un Mercedes! En este hotel casino se respira un ambiente más VIP que en otros y eso nos gusta. Todo es más elegante, más tranquilo, más despejado… Hay flores frescas por todas partes y uno de los empleados se dedica en exclusiva a decorar la arena de los ceniceros con el logo del hotel! Al lado de recepción hay un patio acristalado con esculturas y juegos de agua rodeado de pequeñas tiendas de recuerdos, chocolates, jabones y marcas de lujo.
Nos jugamos unos dólares en la ruleta que nos sirvieron para sentirnos VIP´s por un instante y llevarnos unas fichas y cerillas de recuerdo.
No podíamos irnos del Bellagio sin disfrutar del espectáculo de sus fuentes. Se ponen a danzar cada 15 minutos o media hora, según el día. Hay unos 20 shows diferentes y asistir es gratis. Tengo que reconocer que antes de ir pensaba que no me iba a gustar y marché de allí con la boca abierta. Vimos el Proud to be an American. Está canción es uno de los himnos patrióticos de USA y los estadounidenses allí presentes casi lloraban. Es impresionante ver los chorros de agua bailar al son de la música con el estruendo acompañando la melodía. A mí se me puso la piel de gallina.
Del Bellagio nos fuimos andando hasta el Paris. Este hotel se ha hecho famoso por poner una réplica de la Torre Eiffel y un mini Arco del Triunfo en el Strip. Es uno de los más temáticos y resulta bastante fotogénico, sobre todo por la noche. El interior sigue la misma línea pseudo afrancesada, con farolas y arcos de forja que intentar recordar al art nouveau y fachadas de cartón piedra con mansardas tipo Chateau. El techo tiene un trapantojo de nubes mucho menos conseguido que el del Venetian. Nos pareció que la sala central del casino necesitaba una buena reforma, pero aún así el escenario resulta divertido, no dejan al azar ni un detalle: los nombres de las calles, los cafés,las tiendas…Hasta los baños están tematizados. Disfrutamos de unos margaritas sentados en una terraza interior con vistas a la sala de juego. Las horas pasan volando!
Nuestra siguiente parada fue el Bally´s en el que entramos casi por casualidad y nos pasamos un par de horas jugando a las tragaperras. Que vicio! A estas alturas ya estábamos plenamente integrados en el ambiente del juego y no nos daba ningún apuro pedir bebidas gratuitas a las camareras. Si les das 1$ de propina se quedan encantadas y te reponen las veces que quieras mientras estés jugando. Al final, aunque pierdas algo de dinero, te compensa por lo baratas que te sale beber. Aquí descubrimos que las máquinas tienen un botón del pánico de color rojo. Si por cualquier motivo la máquina se atasca y se queda con tu dinero, no tienes que moverte. Sólo pulsar el botón y viene alguien del casino a solucionarlo. Cualquier cosa antes de que abandones el juego!
Ya de noche, nos fuimos hacia el Treasure Island para ver otro espectáculo gratuito: Las sirenas del T.I. La historia va de unas chicas monas que defienden un barco del abordaje de unos piratas… Así como digo que el de las fuentes del Bellagio me pareció impresionante, digo que este me pareció una horterada super cutre. De las 10 bailarinas, sólo una lo hacía bien y los “cachas” que las acompañaban otro tanto.
Apuramos lo que quedaba de noche visitando más casinos: El New York-New York, el MGM…hay tantos y tampoco tiempo… Nuestra corta experiencia en Las Vegas llegaba a su fin pero nos consolamos pensando los sitios maravillosos que aún nos quedaban por recorrer en nuestro viaje.
Llegó la hora de retirarse y pensar en seguir ruta. Al día siguiente teníamos un largo viaje atravesando el Valle de la Muerte.
P.D. Adoro Las Vegas y algún día volveré.
Capítulo 16: así cruzamos el valle de la muerte…
© O ViaxaDoiro,2010
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