Desde Bryce vamos rumbo al Parque Nacional de Zion por la US-89.Es una carretera muy pintoresca que atraviesa varios arcos de roca. Decidimos parar en un pueblo de camino para tomar un café. Es domingo y está todo cerrado, además no hay ni un alma por la calle…Cuando empezamos a pensar que estamos en un pueblo fantasma vemos a una familia salir del coche: ellas vestido hasta los pies, manga larga , cuello cerrado y sombrero de tela, ellos pantalón oscuro, chaleco y sombrero plano. Son mormones que van a misa y vemos en su mirada que no aprueban nuestra forma de vestir… Salimos de allí a toda pastilla. El pueblo se llama Orderville y mientras escribo estas líneas descubro que fue fundado por La Iglesia de los Santos de los Últimos Días a mediados del siglo pasado para convertirse en una de las comunidades mormonas más prosperas, duraderas y radicales.
Seguimos ruta hasta llegar a Mt.Carmel donde enlazamos con la SR-9 que lleva directamente al parque. Llegamos por la entrada Este que atraviesa las rocas conocidas como Checkboard Mesa debido a las líneas en cuadrícula que ha dejado la erosión. Tras cruzar el túnel de Zión empezamos a descender por una sinuosa carretera hasta llegar al nivel del Virgin River o Río de la Virgen donde está el centro de visitantes. Nos lleva un buen rato encontrar aparcamiento. Hay mucha gente en el parque, es Domingo y se ven bastantes familias pasando el día en plena naturaleza. Aprovechamos para visitar la tienda del centro de visitantes que está muy bien surtida, de las mejores de los parques nacionales a las que hemos ido.
Zión es muy distinto a Bryce o Gran Cañón. Es un paisaje de vegetación exuberante y dicen que hay muchos animales, aunque nosotros sólo vimos ardillas… Nos llama mucho la atención las parejas y grupos de mormones con sus vestidos largos y sombreros planos.
Aún sin comer, decidimos tomar uno de los autobuses eléctricos que recorren el parque para ir hasta la última parada: el Templo de Sinawava. Desde allí continuamos a pie por el sendero que discurre paralelo a la orilla del río. Tiene una longitud de 3 km en los que caminamos entre enormes moles de piedra de tonos anaranjados.
A medio camino hicimos una parada para comer tranquilamente en una pradera.
Retomamos el sendero, al final del cual está la parte más divertida de la ruta : “The Narrows”. Aquí hay que meterse dentro del río con el agua por encima de las rodillas para seguir adelante. Aunque íbamos “preparados” las sandalias se nos escapaban de los pies por la corriente, los tenis viejos se empapaban y no hay manera de andar con ellos…Era para vernos! Descalzos, con los zapatos colgados de un hombro, la mochila, los pantalones arremangados…y clavándonos las piedras en los pies. Un espectáculo!
Avanzamos unos 100 metros riéndonos los unos de los otros y esperando a ver quien era el primero en caer al agua. Tras tomar un par de fotos del desfiladero volvimos a dique seco y deshicimos el camino andado.
Cuando llegamos al Centro de Visitantes el ranger que conducía el autobús se despidió de todos con gran éxito diciendo…Amigos, hemos llegado. Este es mi último grupo de hoy así que… Próxima parada Las Vegas!