El Mexican Hat Lodge es un establecimiento bastante peculiar que descubrimos navegando en foros de internet. Es un hotel de sólo 10 habitaciones pero nos llamó la atención por lo famoso que se había hecho su restaurante: El swinging steak house (la casa del filete con ritmo, podría traducirse) y nos empeñamos en que una noche había que pasarla allí. Cuando fuimos a reservar por internet con un par de meses de antelación ya no quedaban más que dos habitaciones y un teepe o tienda india y fue lo que reservamos.

Edificio principal del Mexican Hat Lodge
Tras un recorrido en coche espectacular en 40 minutos llegamos al hotel. Esta vez de día y con tiempo para relajarnos y descansar antes de la cena.
Lo primero que hicimos fue ir a inspeccionar el Teepe, que resultó ser la habitación más chula. Sólo tienen uno en todo el hotel y es un cono de hormigón recubierto de tela y unos palos para hacer el efecto de tienda. La luz entra por el extremo superior y resulta muy acogedor.Lo malo,que no tiene baño propio y hay que usar uno comunitario.
Disfrutamos de la piscina y las vistas que tiene el hotel a la roca conocida como Mexican Hat, que tiene forma de un señor agachado con sombrero, y nos cambiamos para bajar a cenar. Llegamos temprano para reservar mesa y empezamos tomando unas cervezas. Por primera vez en el viaje, los fumadores pudimos disfrutar de una caña sentados con el pitillo en la mano…que placer! Aquel cobertizo me pareció el paraíso…
Poco a poco anocheció y el local se fue llenando de gente deseosos de ver a la parrilla danzante en funcionamiento.
El éxito del local está en que preparan la carne en una barbacoa muy ingeniosa tipo columpio que oscila sobre las llamas dando fogonazos “rítmicos”. Es todo un espectáculo ver a un tipo de barba barca con sombrero tipo cowboy que se apaña el sólo cocinando para 60 personas a la vez! Se puede elegir entre hamburguesa normal o vegetariana, pollo ,filete estilo Nueva York (cortado fino) o filetón de 18 onzas (1/2 Kilo más o menos).
Todo viene acompañado de alubias y ensaladas de lechuga, tomate y cebolla y rebanadas de pan tostadas en la misma barbacoa. Estaba todo bueno aunque la presentación de la carne sobre las alubias resultaba bastante extraña .Disfrutamos un montón la cena sobre todo por el ambiente.
Al acabar de servir al último turno de cenas, el Cowboy de barba blanca cambió la barbacoa por una guitarra y tocó un par de canciones con su banda “the Mueller´s” lo que fué un buen colofón a un día que había empezado a las 5:00 de la mañana viendo amanecer en el Gran Cañón del Colorado.
Siguiente parada, un interesante lugar poco visitado y el meandro más fotografiado del río Colorado.
Capítulo 6: el Navajo National Monument y Horse Shoe
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