El pasado Noviembre estuvimos en Marraquech.Fue un viaje de 1 semana a un país que visitábamos por primera vez y que si bien nos dejó buen sabor de boca no nos cautivó tanto como otros destinos.

Nos gustó el clima, la vida callejera, la arquitectura de las kashbas y los riad, los paisajes del pre- Atlas, el zumo de naranja a buen precio y los dulces.

Nos decepcionó en general la comida (no acabamos de pillarle el punto a tanto comino, tajín y cuscús), la ausencia casi total de alcohol, el regateo obligatorio, la brusquedad del personal de nuestro  riad y volvimos con la sensación de que Marrakech no es destino para una semana completa.

Aún así hubo varias experiencias  que hiceron que el viaje mereciera la pena y que queremos compartir con vosotros a modo de recomendaciones de qué hacer en Marrakech.

 

Relamerse comiendo Mechoui con la mano.

Una comida tan poco elegante como placentera.El Mechoui es cordero cocinado a baja temperatura en hornos subterráneos durante dos días.Esta técnica consigue que la carne esté extraordinariamente tierna y se deshaga en la boca.

El sitio más auténtico para probarlo es el llamado “callejón del Mechoui” en la entrada de los zoco desde la Plaza Jemma El Fna. El lugar es bastante conocido por los turistas (sale en la guía Lonely Planet) pero aún así la cantidad de locales supera con creces la de turistas.

Hay que adentrarse en el callejón y dirigirse a uno de los puestos al aire libre.Allí te dan a probar la carne para que elijas que pieza quieres y que luego vas a comerlo al café de al lado, que es donde te sirven la bebida.

Un manjar que se come con la mano y un papel encerado por vajilla.Buenísimo y barato (6-7 € por persona)

Sumerjirse en la magia de un hamman tradicional marroquí.

A esta experiencia de higiene extrema le hemos dedicado un artículo en detalle y es algo que recomendamos probar al menos una vez en la vida.

Dejarte lavar y frotar por un extraño es raro, (muy raro) pero es una parte importante de la cultura marroquí y el sistema más eficaz de aseo personal que hemos conocido hasta el momento.

Encontrar el zoco de los curtidores

Escondidos en el estremo noreste del gran zoco de Marrakech, junto a la puerta de los curtidores, están los patios donde se afanan en rapar, limpiar, ablandar y teñir pieles de vacuno y bovino.

El zoco es si ni es bonito, ni de agradable visita (huele bastante mal y a la gente que está trabajando no les gusta demasiado que vayan turistas por allí a mirar su duro trabajo), pero es algo único.

Perderse en el zoco

Si has estado en Marrakech y no te has perdido al menos una vez por sus zocos es que has estado menos tiempo del recomendado por las autoridades turísticas ;-)

El zoco es un enorme centro comercial urbano donde no solo se venden, si no que también se elaboran las mercancías. Los distintos oficios se van organizando por zonas según la lógica que impongan las  necesidades de su trabajo.

Las tiendas invaden la calle con sus mercancías y toldos y es dificil saber donde acaba una y empieza la otra.Entre ellas circulan personas y motos en un estado de alerta constante que puede resultar bastante estresante.

Cuando el bullicioso ambiente del zoco te supere busca uno de los cafés para recargar fuerzas con un té de menta o un buen zumo.

«Le Jardin» es uno de los más agradables, con un patio interior totalmente aislado.También nos gustó mucho «Medina Saveur» con unos zumos de zanahoria revitalizantes increibles.

Alojarse en un Riad.

Era una de las cosas que nos hacía más ilusión del viaje a Marrakech y aunque el personal del nuestro parecía que le molestara que les hablaras, el sitio era tan bonito que se lo perdonamos.

Los Riad son viviendas tradicionales en torno a un patio acondionadas como alojamientos turísticos.Suelen estar escondidas entre los zocos o en el barrio de la Kasbah , lo que les da un encanto especial.

El nuestro estaban en la kasbah y adentrarnos de noche por las callejuelas en su busca es uno de las primeros recuerdos que tenemos del viaje.

Además por la mañana servían un desayuno buenísimo con tortitas caseras, mermelada, fruta, zumo y yogures que nos hacía empezar el día sintiéndonos unos pequeños príncipes.

 

 

Descubrir el Palacio Badi

Una de las dos visitas que más disfrutamos y que inexplicablemente nos pareció la que menos turistas tenía.

El palacio Badí son las ruinas de lo que debió ser un complejo palaciego impresionante. El problema es que lo hiceron tan lujoso que no pasó mucho hasta que lo saquearon por completo y ahora queda poco más que muros desnudos donde anidan las cigueñas y misterioras cámaras subterráneas.Una belleza.

Truco: la entrada está bastante escondida y más ahora que la zona está en obras.Desde la Place des Ferbantiers hay que cruzar el gran arco hacia el palacio, girar a la derecha y meterse por elcallejón. Duración aproximada de la visita: 1-2 horas

Ver el cielo estrellado en el desierto

Os hablamos de ello en el relato de la  excursión al desierto de Zagora y Ait Ben Haddou.

Habíamos oido muchas veces que en el desierto se ven más estrellas que en ninguna otra parte, pero hasta que no lo vimos en directo no imaginábamos hasta que punto.

Cenar en un puesto de Jemma el Fna

Fue divertido pasear largo rato entre los puestos, dejándonos convencer por los vendedores de el suyo era el mejor.Los hay de marisco, pescado, brochetas, especializados en carnes, para turistas…Están numerados y debe haber casi un centenar.

Nosotros elegimos uno con buena proporción de locales donde comimos aceptablemente, aunque lo mejor no era la comida sino sentirse parte del ambiente nocturno de la plaza Jemma El Fna.

En este artículo os hablamos más de la Plaza y que otras cosas recomendamos hacer allíartículo os hablamos más de la Plaza y que otras cosas recomendamos hacer allí.

La arquitectura de la Madrasa Ben Youssef

Nos gustó mucho este edificio que forma parte de el gran complejo religioso del mismo nombre.

Una madrasa es una escuela coránica y esta fue una de las más grandes del mundo con 800 alumnos internos.Es muy interesante el diseño a base de patios cubiertos que introducen luz en las plantas inferiores para que todas las estancias de los estudiantes estén ventiladas e iluminadas. También destacan en el patio principal las tracerías de madera en la fachada.

 

Recorrer Ait Ben Haddou

Durante la excursión al desierto recorrimos la mítica Kasbah donde se rodaron Lawrence de Arabia y Gladiator entre otros.

Tocar sus muros hechos de adobe, y ascender por las empinadas callejuelas hasta la cima para admirar las vistas del valle resultó aún mejor que admirar su singular silueta desde el otro lado del río.

Si has viajado a Marrakech o estás pensando hacerlo nos gustaría saber que te parecen estas experiencias , cual te resulta más apetecible , que fue lo que te conquistó a ti de la ciudad roja …No seas tímido ¡estamos deseando que nos lo cuentes!

Texto y fotografías ©Viaxadoiro.com 2016